domingo, 21 de junio de 2009

LA CIVILIZACIÓN DEL EGEO


Diversas civilizaciones de notable importancia se desarrollaron en el ámbito del mar Egeo durante la edad del bronce. La historiografía incluso ha utilizado el término civilización del Egeo para hacer referencia al conjunto cultural del que la cuenca de este mar fue escenario desde aproximadamente el IV milenio hasta el 1200 antes de Cristo.

La civilización minoica


En la isla de Creta, la civilización minoica se originó aproximadamente en el 2600 a.C., alcanzó su momento de máximo apogeo en el periodo 2000-1450 a.C. y desapareció hacia el 1200 a.C. Se desarrolló en el marco de los palacios y sus principales centros fueron Cnosos, Festo, Malia y Zákros. Los soberanos de Cnosos tuvieron su mayor poder hacia el 1600 a.C., controlaron toda la zona del Egeo y comerciaron con Egipto. Esta floreciente cultura estableció un complejo sistema de pesos y medidas, así como varios sistemas de escritura lineal (lineal A y lineal B). La destrucción de Cnosos y el ocaso minoico fueron coetáneos del periodo de esplendor, en el bronce final, de otra de esas civilizaciones del Egeo que posteriormente se mencionará, la micénica.


La cultura cicládica

La cultura cicládica floreció en las islas Cícladas aproximadamente desde el 3200 hasta el 1500 a.C. Los habitantes de sus fortificados poblados practicaban la agricultura, la ganadería, la pesca y el comercio marítimo (de esto último dan indicios la presencia de objetos cicládicos en Creta, Ática, el Peloponeso y Asia Menor; así como las representaciones de barcos en la cerámica, o el descubrimiento de maquetas de piedra o cueros ilustrados con técnicas de construcción naval). Debió de tratarse de una sociedad fuertemente jerarquizada, con cúspide en una significada casta aristocrática. Tecnológicamente, se les atribuye la expansión de la metalurgia. Tras haber dominado el Egeo durante aproximadamente 1.300 años, entraron en decadencia en torno al 1500 a.C., y el desarrollo independiente de estas pequeñas islas quedó superado por la cada vez mayor influencia minoica.


La civilización heládica


En el Peloponeso, la civilización heládica (c. 2500-1100 a. C.) coincidió con una etapa de crecimiento demográfico y se caracterizó, sobre todo, por la aparición de nuevos ritos funerarios, probablemente por la influencia de un pueblo de reciente implantación en aquel espacio: los helenos.


Migraciones indoeuropeas


A finales del III milenio a.C., había comenzado un periodo de lentas migraciones de pueblos de lengua indoeuropea procedentes de las regiones danubianas. Practicaban la agricultura y la ganadería, utilizaban caballos e introdujeron el empleo de instrumentos y de armas de cobre o de bronce, así como de una cerámica particular que lleva el nombre de ‘minyenne’. Entre el 2000 y el 1600 a.C., tres fueron los principales y sucesivos grupos de esos pueblos: los jonios, que ocuparon el Ática y las Cícladas; los eolios, que se establecieron en Tesalia; y los aqueos (el grupo más importante), en el Peloponeso.


La civilización micénica


En la última fase de la edad del bronce (c. 1600-1200 a.C.), los aqueos dieron paso a la civilización micénica, que debe su nombre a la ciudad reino de Micenas, cuyos numerosos vestigios arqueológicos fueron descubiertos por el alemán Heinrich Schliemann en el siglo XIX. Los micénicos, que ocuparon el Peloponeso, Beocia, Ática y Creta después del misterioso hundimiento de la civilización minoica, aparecen relacionados con la fundación de diferentes reinos, como Tirinto o Pilos, organizados en el marco de palacios y fortalezas, y gobernados por un rey, que se encontraba en la cúspide de una sociedad fuertemente jerarquizada. Una poderosa clase sacerdotal estuvo al servicio de un complejo sistema religioso que incluía la creencia en numerosas divinidades, tales como Zeus, Hera, Poseidón,
Ártemis o Hermes. Las tumbas micénicas, que a menudo ocultaban verdaderos tesoros, han dado cumplido testimonio de la vitalidad y de la riqueza que esta civilización debió alcanzar.


Si bien los micénicos fueron comerciantes, también se dedicaron a la piratería y estuvieron muy ligados a la actividad bélica y guerrera. De hecho, como ya se refirió anteriormente, los micénicos debieron estar relacionados con la desaparición de la civilización minoica y, si se toma a Homero y su Iliada como fuente, estuvieron involucrados en la guerra de Troya, que culminó con la destrucción de dicha ciudad.

Nuevas oleadas migratorias


La destrucción de las ciudades y palacios micénicos, y la desaparición, a finales del siglo XII a.C., de su civilización fueron explicadas tradicionalmente a partir de un único hecho coadyuvante: una última oleada indoeuropea, la protagonizada por el pueblo dorio. Sin embargo, otras causas debieron influir en el devenir de aquellos acontecimientos, tales como trastornos sociales que debilitaron a las clases dirigentes o cambios climáticos que tuvieron nefastas consecuencias en la agricultura. Todos los factores citados no son excluyentes, y parece probable que el final de la civilización micénica fuera el colofón de la acción conjunta de varios de aquellos.

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