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domingo, 21 de junio de 2009

ABSOLUTISMO


El absolutismo surge en Europa Occidental en los siglos XVI, XVII y hasta el siglo XVIII, como nueva forma de organización política-económica sustitutiva del régimen feudal. Se caracteriza por la centralización del poder en el monarca.


Durante la Edad Media, el centro de organización político y económico era el FEUDO (extensión de tierra) y la cabeza del mismo era el señor feudal. Económicamente era una unidad productiva cerrada de subsistencia, donde el comercio era casi nulo. Socialmente, un sistema de estratificación centrado en el linaje, la movilidad social era casi imposible. Se centraba en un contrato feudal con obligaciones de ambas partes: señor feudal debía brindar seguridad y protección, y los vasallos debían servir al señor, respetarlo y acompañarlo. El estado es de carácter patrimonial, y es propiedad privada del rey.

Las dificultades comienzan a partir de la implantación lenta y paulatina del sistema capitalista. Surgen actividades que encuentran trabas (como el usufructo de la tierra) para crecer. Cada feudo fija su sistema feudal e impositivo, sistema de medidas y moneda vigente. La falta de un único sistema de medidas, un patrón de moneda y los impuestos, llevan al encarecimiento de los productos, e interfiere con el libre comercio.

Este sistema nuevo necesitaba una nueva organización política.

Aparecen los Estados Modernos. Estos estados están encarnados por los Monarcas y tiene su Ejército. El monarca no era por elección sino por sangre, por herencia. El poder de este monarca es legitimado por Dios, es de origen divino.

En el estado absolutista hay centralización de funciones, un solo ejército dirigido por el rey, hay jerarquía de funcionarios, cobran impuestos, hay un orden jurídico unitario y debe haber obediencia de los súbditos. Las relaciones entre los hombres siguen siendo contractuales, el rey tiene un contrato con cada hombre.

Características del Absolutismo:

Centralización: El monarca encarna el Estado y es soberano, hace las leyes y administra la justicia. Dejan de convocarse las Asambleas Representativas que antes representaban a la nobleza, clero y burguesía.

Concentración: No hay separación de poderes.

Recaudador: establece impuestos sin el consentimiento de los gobernados.

Burocracia: como consecuencia de la necesidad de recaudar, surge una burocracia que cumplirá con funciones administrativas y judiciales.

Ejército permanente: constituye el aparato del estado

Diplomacia: Engrandece su reino de manera diplomática, al formar alianzas matrimoniales destinadas a unificar reinos sin la conquista mediante la guerra.

Iglesia: Es subordinada a la autoridad del monarca, ya que muchas veces tenía intereses opuestos al rey y esto no le convenía.

MARTÍN LUTERO


Martín Lutero nació en 1483, en Sajonia (parte de la actual Alemania). Era hijo de un leñador pobre; sin embargo, gracias a un mecenas, a los 22 años pudo ingresar a un monasterio para convertirse en sacerdote dos años más tarde.


Contra la Iglesia católica

Lutero viajó a Roma en 1510 y quedó desilusionado por el lujo y relajo que vio en la clase sacerdotal. De regreso en su tierra se doctoró en teología e inició sus clases en la Universidad de Wittenberg, donde afirmó que, según la Biblia, la salvación estaba solo en la fe en Jesucristo.

Eso significaba, para Lutero, que la Iglesia se había apartado del evangelio implantando la mediación de sacerdotes entre el hombre y Dios, por sobre la única de Cristo, y que muchas de las prácticas que imponía eran inútiles.

Las indulgencias

Para financiar la construcción de la basílica de San Pedro, el papa León X ideó vender indulgencias, es decir, permitir que los fieles compraran el perdón de sus pecados a la Iglesia.

Fue como protesta contra las indulgencias que Lutero clavó sus 95 tesis (proposiciones) en las puertas de la iglesia de la Universidad de Wittenberg en 1517, acción que dio comienzo a la Reforma.

Asimismo, el monje alemán redobló las críticas contra la organización de la Iglesia y la autoridad del papa y negó sus dogmas. Cuando el papa lo excomulgó en 1520, Lutero quemó la bula de excomunión en la plaza de la Universidad de Wittenberg.

Preocupación imperial

Lutero también enfrentó en 1521, en Worms, a Carlos V, emperador de Alemania y rey de España, el cual era un ferviente católico y estaba preocupado porque las ideas de Lutero podían dividir su imperio. Sin embargo, como el monje no se arrepintió, fue condenado, lo que significaba que podía ser enviado a la hoguera.

El fraile fue rescatado por el elector Federico de Sajonia, que ya antes lo había protegido, y ocultado en el castillo de Wartburgo. Mientras se encontraba allí, Lutero tradujo la Biblia al alemán corriente, lo que popularizó este libro entre la gente más sencilla y marcó un hito en la consolidación del idioma alemán.

Muerte de Lutero

Cuando Lutero salió de Wartburgo, su doctrina se había extendido ampliamente y había sido adoptada por señores poderosos. Por ello, Carlos V aceptó el luteranismo (nombre dado en honor a su fundador), aunque sin dejarlo extenderse más, en una resolución acordada en la Dieta de Spira, en 1529. Al protestar los luteranos, pasaron a ser conocidos como protestantes.

Para evitar una guerra religiosa, Carlos V convocó a la Dieta de Augsburgo en 1530, la cual fracasó, pero obtuvo de los luteranos la sistematización por escrito de los principios básicos de su fe (que fue conocida como la Confesión de Augsburgo). Sin embargo, los luteranos se agruparon en una coalición militar: la Liga de Esmalcalda (1531). Esta liga se alió con los reyes de Francia y de Dinamarca contra Carlos V, dando origen a una serie de guerras.

Entretanto, Martín Lutero, que se había casado en 1525 con Catalina von Bora, una monja que había dejado el hábito, continuó promoviendo la Reforma hasta 1546, fecha de su muerte en Eisleben, la misma aldea donde había nacido.

EL BARROCO

Tradicionalmente se denomina "Barroco" al período de transcurre desde el siglo XVII al XVIII. La especial actitud estilista que caracteriza al arte barroco alcanzó su momento de madures en Italia hacia 1630 y se desarrolló en los cuarenta años siguientes. A partir de ese momento se difundió por todas las naciones de Europa.

El arte barroco jugó un papel importante en los conflictos religiosos de este periodo. Frente a la tendencia protestante a construir los edificios para el culto de una manera sobria y sin decoración, la iglesia católica usó para sus fines litúrgicos la grandiosidad y la complejidad barrocas. El papado reaccionó contra la división que provocó la reforma iniciada por Lutero generando el movimiento que se conoció como la Contrarreforma. La arquitectura, la escultura y la pintura fueron utilizadas para el prestigio de la autoridad papal e ilustrar las verdades de la fe. En este sentido se puede afirmar que el barroco es la expresión estética de la Contrarreforma.

La monarquía utilizó la magnificencia de este arte para poder hacer propagandas que los beneficiasen, ya sea en el arte o en la sociedad.

La burguesía de la época, que había logrado obtener un papel muy notable, utilizó el Barroco para expresar sus ideas y trascender más allá de su época.

En la arquitectura se dan las superficies onduladas, las plantas elípticas y las trabazones interrumpidas, acompañadas de una exageración de la monumentalidad. La arquitectura barroca española influyó activamente en América del Sur y contó entre sus principales figuras representativas a José de Churri güera (retablo de San Esteban de Salamanca), a José de Ribera y a arquitectos del s. XVIII como Hipólito Rovira, Casas Novoa y Leonardo de Figueroa. Entre sus manifestaciones se destacan la basílica de Guadalupe, la fachada del Sagrario de la catedral, la capilla del Pocito y las iglesias poblanas, en México, y en el Perú una arquitectura en la que se entremezclan el empleo de la columna salomónica con el de la hojarasca decorativa indígena.

En la escultura cobra papel decorativo en la composición general, y en las grandes pinturas murales viene a corroborar el gusto por la teatralidad, que asimismo reflejan los fondos de los retratos y los grandes altares de las iglesias, con su complicada estructura y dramática vivacidad. Se destacan el movimiento y el dinamismo; las imágenes muestran pasiones violentas, lentas y exaltadas. La valorización de aquellos motivos heroicos de la cultura renacentista injertos en la Contrarreforma y la pintura del Greco y de Caravaggio introdujeron nuevos contenidos religiosos y morales y contribuyeron a una radical renovación de la expresión figurativa. El fortalecimiento de la Iglesia católica trajo consigo una vigorosa reanudación de motivos estrictamente renacentistas, y al mismo tiempo en la pintura se abría paso un eclecticismo académico y el creciente interés por la decoración. En este eclecticismo y naturalismo, de tipo decorativo, tienen su origen las alegorías de los cuadros devotos (la calavera, el éxtasis celestial, la mirada en rapto doloroso o apasionado), con su estabilización de la iconografía sacra, y, paralelamente, el cultivo de una serie de temas de devoción y de ilustraciones de la verdad de la fe y de los sacramentos, fruto de una gran demanda por parte de la Iglesia. La expresividad de las figuras representadas y el intenso claroscuro son unas de las características más importantes de este período en la pintura.

EL CAPITALISMO

Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.

Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.

El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales (y posteriormente el Estado de Derecho como sistema político y el liberalismo clásico como ideología) que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.

EL RENACIMIENTO

Renacimiento es el nombre dado al amplio movimiento de revitalización cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes aunque también se produjo la renovación en la literatura y las ciencias, tanto naturales como humanas.


El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.

El nombre Renacimiento se utilizó porque éste retomó los elementos de la cultura clásica. El término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de la mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por un cierto antropocentrismo.

El historiador y artista Giorgio Vasari, había formulado una idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista. De hecho el Renacimiento rompe, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que califica como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de gótico. Con la misma consciencia, el movimiento renacentista se opone al arte contemporáneo del Norte de Europa.

Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significa una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».

Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido muchísimo; generalmente con el término Humanismo se indica el proceso innovador, inspirado en la antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de la realidad histórica y natural, que se aplicó en los siglos XIV y XV.

El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde el punto de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limita a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, donde las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincide con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo y el inicio de un incipiente capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista.